martes, 30 de marzo de 2010

Cooperación entre familia y escuela, fundamental para el éxito académico

Establecer un vínculo constante y construir unas buenas relaciones influye de forma positiva en los resultados de los estudiantes

  • CONSUMER-EROSKI.- MARTA VÁZQUEZ-REINA.-  28 de marzo de 2010
Padres y docentes comparten el mismo objetivo: educar a los alumnos. Pero a veces el camino que toman unos y otros para conseguirlo difiere de forma sustancial y es contradictorio. Para alcanzar la misma meta, el centro debe favorecer la participación de los progenitores y proporcionarles los medios necesarios para estrechar los vínculos con los miembros de la comunidad educativa. La cooperación es fundamental para que el desarrollo académico del estudiante sea coherente. Los padres han de implicarse en el funcionamiento de la escuela y participar en las actividades comunes que se propongan.

Padres y docentes comparten la responsabilidad de la educación de hijos y alumnos. Las dos partes deben cooperar y relacionarse para que la trayectoria académica del niño se desarrolle de forma coherente y en una misma dirección. 

- Imagen: Matt McGee -
Todas las investigaciones y estudios realizados en torno a las relaciones entre familia y escuela ponen de manifiesto que mantener un vínculo estrecho y de participación tiene un importante impacto en los resultados educativos del estudiante. Se debe considerar entonces la cooperación entre padres, docentes y centro escolar como una herramienta efectiva para frenar el fracaso educativo y alcanzar el éxito académico.
Los estudiantes mejoran sus calificaciones, tienen una actitud más favorable hacia las tareas escolares y una mayor autoestima
Francisco Juan García-Bacete, del Departamento de Psicología Evolutiva de la Universidad Jaume I, recoge en su obra 'Comunicación cooperativa entre familia y escuela' una relación de los efectos positivos de una mayor participación de los padres en la educación. Por una parte, los estudiantes mejoran sus calificaciones, tienen una actitud más favorable hacia las tareas escolares, mayor autoestima y una conducta y actitud positiva. En el caso de los docentes, se incrementa su satisfacción con la profesión, adquieren mayor compromiso y preparan mejor sus clases. Los padres comprenden en mayor medida los programas escolares, valoran más su papel en la educación de los hijos y mejoran su comunicación con ellos.

Papel del centro

En ocasiones, los docentes se quejan de que las familias no muestran interés suficiente por la educación de sus hijos o no colaboran tanto como se espera de ellos. ¿Pero pone el centro los medios necesarios para esta cooperación? La escuela tiene un papel primordial para lograr que el vínculo entro los miembros de la comunidad educativa sea más estrecho.
El objetivo principal debe ser hacer sentir a los padres que son parte integrante del centro

El objetivo principal debe ser hacer sentir a los padres que son parte integrante del centro. Para conseguirlo, hay que explicarles desde el primer momento el lugar destacado que ocupan en el proceso educativo de sus hijos y la continuidad que deben dar en sus casas al trabajo que se desarrolla en la escuela. Es esencial mantener a las familias informadas sobre el proyecto académico del centro, los cambios que en él se aprueben y las actividades que se organizan durante el curso.
La escuela es responsable del desarrollo e implantación de canales de participación familiar que faciliten el contacto entre padres, docentes y dirección, más allá de las tutorías u otros encuentros formales habituales: talleres, escuela de padres, fiestas escolares o charlas de profesionales, entre otros. Es importante que estas actividades se planifiquen en horarios y fechas en los que puedan participar un mayor número de progenitores, sin que tengan que desatender sus obligaciones laborales.

Implicación de los padres y docentes

Los padres y profesores son los principales actores en el proceso de cooperación entre familia y escuela. Ambos deben mantener una actitud abierta y de participación para lograr que la comunicación sea fluida y eficaz. 

Pautas para padres
  • Atender la demanda de tutorías o sesiones individuales de los docentes. Preparar con antelación las entrevistas para que sean lo más fructíferas posibles.
  • Respetar la figura del docente y valorar sus opiniones y recomendaciones respecto al desarrollo académico o social del estudiante.
  • Implicarse en las tareas escolares del alumno en casa e informar a los tutores si surgen problemas importantes en su realización.
  • Informar a los docentes o al centro de cualquier alteración familiar o del hogar que pueda influir en el desarrollo académico del estudiante.
  • No banalizar delante de los hijos las actividades escolares o emitir críticas negativas sobre los docentes en su presencia.
  • Participar en la medida de sus posibilidades en las actividades extraescolares que proponga el centro.
Pautas para profesores
  • Interesarse por la situación familiar del alumno para obtener la información necesaria que le ayude a atender sus necesidades individuales.
  • Escuchar las inquietudes de los padres y proponerles soluciones e ideas educativas para implementar en casa con sus hijos.
  • Utilizar con ellos un lenguaje adecuado y comprensible que les permita entender los conceptos que se tratan.
  • Hacer uso de la información e ideas que les trasmiten los padres.
  • No llamar siempre a las familias para formular quejas, sino también para mostrar su satisfacción por el buen comportamiento o los resultados positivos del alumno.
  • Adoptar acuerdos conjuntos sobre las estrategias académicas más adecuadas para mejorar o mantener el rendimiento académico del estudiante.

domingo, 21 de marzo de 2010

Técnicas para motivar al estudiante


La motivación es necesaria para conseguir una actitud positiva hacia el aprendizaje. ¿Por qué tengo que estudiar? ¿Para qué me sirve aprender esto? A algunos alumnos les cuesta mantener una actitud positiva hacia el aprendizaje. Lo consideran tan sólo una actividad obligatoria impuesta por los adultos. Las técnicas de motivación ayudan a familias y docentes a modificar esta conducta e incrementar el interés de los estudiantes por el proceso escolar. Reconocer las tareas, fomentar la autonomía y la autoestima o enseñarles a descubrir los conceptos por sí mismos son algunos pasos para erradicar la desmotivación.

La falta de motivación es uno de los aspectos que se asocia con frecuencia al fracaso escolar. Un estudiante desmotivado muestra menor interés por aprender, no encuentra utilidad a los conocimientos y, en consecuencia, rechaza las vías de aprendizaje que la escuela pone a su disposición. Un alumno motivado, sin embargo, tiene más probabilidad de alcanzar las metas educativas, porque en su opinión el esfuerzo que implica adquirir las competencias escolares tiene sentido.

  • Autor: Por MARTA VÁZQUEZ-REINA

  • Eroski – Consumer: 17 de marzo de 2010
- Imagen: Tulane Public Relations -

¿Quién es responsable de motivar a los alumnos? Los docentes y las familias tienen un papel fundamental en el fomento del interés de los niños y jóvenes hacia el estudio, pero esta disposición motivadora está relacionada con aspectos intrínsecos al estudiante, que nada tienen que ver con el contexto en el que se mueve. Los investigadores coinciden en que la motivación es una capacidad que se puede desarrollar si se aplican las estrategias adecuadas en casa y en el colegio.

Motivación en el entorno familiar

La familia es el entorno en el que comienza la educación del niño. El hogar es el principal modelo de valores y conductas que marcarán el desarrollo cognitivo y afectivo del futuro estudiante. Los progenitores tienen la oportunidad de guiar a sus hijos hacia una actitud de motivación y prepararles para que se interesen y disfruten con el aprendizaje.
Los padres que muestran interés y entusiasmo por sus tareas trasmiten a los hijos esta actitud de forma natural
Todo debe empezar por educar con el ejemplo. Los padres que muestran interés y entusiasmo por sus tareas o su trabajo y manifiestan su curiosidad por adquirir nuevos conocimientos trasmiten a sus hijos esta actitud de forma natural. Jesús Alonso Tapia, autor de ‘Motivar en la escuela, motivar en la familia’, afirma que el comportamiento de los progenitores puede influir en la motivación o desmotivación de sus hijos por aprender. Del mismo modo, es importante adoptar esta disposición en el tiempo de ocio con ellos. Enseñarles a buscar la respuesta a sus preguntas, participar en sus actividades con ilusión y demostrar satisfacción cuando consiguen logros significativos son algunos aspectos que fomentan la motivación.
El ambiente en el hogar también debe incitar al esfuerzo y valorar éste por encima de los resultados. Para que el niño se sienta motivado en sus tareas, es necesario que se adecuen a sus capacidades y que la dificultad aumente a medida que adquiere nuevas competencias. Si se le obliga o incita siempre a realizar acciones para las que todavía no está capacitado, es fácil que se desmotive al comprobar que su esfuerzo no ha valido la pena. Si el niño fracasa o no consigue el objetivo propuesto, es necesario enfocar la solución hacia la superación por medio de la constancia y el trabajo y mostrar confianza en sus aptitudes.
Los padres también pueden influir en la motivación de sus hijos al ayudarles con las tareas escolares
Respecto al aprendizaje formal, Alonso Tapia manifiesta que los padres también pueden influir en la motivación de sus hijos con la forma en que les ayudan con las tareas escolares, de modo que se les enseñe a enfrentarse a los problemas y en la relación que establezcan con sus profesores. Un contacto fluido en el que se compartan objetivos y estrategias favorece el interés de los hijos por aprender.

Motivar en la escuela

En el ámbito escolar, el docente adquiere un papel primordial. Para conseguir que sus estudiantes muestren una disposición positiva hacia el aprendizaje, su actitud no se debe limitar a la transmisión de conocimientos, sino que debe poner énfasis en cómo lo hace. Para ello, cuenta con distintas estrategias para aplicar en el aula, hacer sus clases más atractivas y despertar el interés de los estudiantes por los contenidos curriculares, de modo que al finalizar se sientan satisfechos de haber aprendido algo nuevo.
“Los profesores tienen en el medio escolar la posibilidad de transmitir motivos a los alumnos para esforzarse”
José Escaño y María Gil de la Serna, autores entre otras obras de ‘Cinco hilos para tirar de la motivación y el esfuerzo’, afirman que los profesores “tienen en el medio escolar la posibilidad de transmitir motivos a los alumnos para esforzarse”. Según estos expertos, las intervenciones más importantes que pueden realizar los docentes deben enfocarse a cinco puntos: crear un proyecto personal, despertar interés por el tema de trabajo, fomentar el sentimiento de competencia, mostrar apoyo docente y sentir el apoyo de los compañeros. Para lograr el objetivo de motivación, Escaño y Gil de la Serna proponen una serie de actuaciones en el aula:


  • Relacionar los objetivos de las explicaciones con los objetivos y proyectos de los alumnos.


  • Llevar al aula información sobre el mundo real, que trate aspectos laborales y académicos de interés para los estudiantes.


  • Comenzar las clases con preguntas, incógnitas o datos que despierten el interés por el tema.


  • Fomentar la participación de los estudiantes para que piensen en los temas que ya conocen y muestren su opinión sobre el contenido.


  • Ayudar a reconocer y superar la ansiedad y frustración, reconocer sus capacidades y adaptar las tareas a ellas.


  • Personalizar el trato con el alumno, dedicarle un tiempo exclusivo para hablar con él sobre temas académicos o extraescolares.


  • Proponer trabajos en grupo para favorecer que se ayuden entre sí y aprendan a valorar la labor conjunta de un equipo.

domingo, 14 de marzo de 2010

Orientación preuniversitaria

Las universidades españolas organizan diferentes actividades para orientar y asesorar a los futuros alumnos

El próximo curso 2010-2011 se implantará de forma definitiva el Espacio Europeo de Educación Superior en las universidades de nuestro país. Los actuales estudiantes de bachillerato que opten por estas enseñanzas se integrarán en un sistema universitario con nuevos títulos, además de planes de estudio y metodología docente diferente. Para dar a conocer su nueva oferta académica y orientar de primera mano a los futuros alumnos en su elección, las universidades organizan jornadas de puertas abiertas, charlas y visitas guiadas a sus instalaciones.
  • Autor: Por MARTA VÁZQUEZ-REINA. CONSUMER-EROSKI

- Imagen: Hex Aym -
 
 
La elección de carrera universitaria se complica el próximo año académico más que nunca. Los estudiantes que este curso finalizan el bachillerato, además de ser quienes estrenen las nuevas pruebas de acceso, serán la primera promoción que se adapta de pleno al Espacio Europeo de Educación Superior. Ya no podrán optar por alguno de los tradicionales títulos de Licenciatura y Diplomatura. El catálogo de las universidades españolas para 2010-2011 sólo lo conformarán los nuevos títulos de Grado y Posgrado.
La oferta se diversifica, cada universidad ha diseñado unos planes de estudios para una misma área de conocimiento que pueden variar de forma significativa. A esto se unen los cambios que afectarán a la metodología docente y a la evaluación, el nuevo sistema de créditos ECTS, las competencias o las prácticas obligatorias.
Hay distintos canales para obtener información y orientación sobre los futuros estudios superiores
¿Qué puede hacer un estudiante para tomar la decisión más acertada? Hay distintos canales para obtener información y orientación sobre los futuros estudios superiores. Las páginas web de las propias universidades o las acciones que llevan a cabo los equipos de orientación y tutores de los centros docentes pueden ser un primer paso adecuado para acercarse a la nueva oferta de enseñanza superior. Pero para conocerla de primera mano y comprobar in situ cómo pueden desarrollarse sus próximos años académicos, la opción más adecuada es participar en alguna de las actividades de orientación universitaria que organizan las instituciones educativas en sus propios recintos o fuera de ellos.

Acciones de orientación

Estudiantes, padres, tutores y equipos de orientación escolares son los principales destinatarios de las diferentes acciones que organizan las universidades a lo largo del año para dar a conocer su oferta académica y los aspectos más relevantes que debe atender el preuniversitario ante su inminente acceso a las enseñanzas superiores.
En estas actividades, las universidades no se limitan tan sólo a proporcionar información. Acercan al alumno a la concepción integral de lo que suponen estos estudios. Aspectos tan relevantes como las salidas profesionales de las distintas titulaciones, las alternativas formativas en el extranjero o las iniciativas extra-académicas en las que puede participar, forman parte de la agenda de las jornadas de orientación de las instituciones.
Se establecen diferentes recorridos organizados para los interesados en una rama de conocimiento concreta o para cada titulación
Jornadas de puertas abiertas: las universidades organizan esta actividad entre los meses de febrero y abril. Abren las puertas de sus recintos a todo el público que desee conocer el ámbito universitario. En general, se establecen diferentes recorridos organizados para los interesados en una rama de conocimiento concreta o para cada titulación que se imparte en la universidad. Además de una visita guiada por las instalaciones (aulas, biblioteca, zonas deportivas, comedor, salas de informática, etc.), cada itinerario se completa con una presentación o charla en la que participan responsables de orientación de la institución y personal académico. Es frecuente la colaboración en estas actividades de estudiantes universitarios o graduados. Sus testimonios y aclaraciones son de gran utilidad para los futuros alumnos y sus familias.
En ocasiones, para asistir a estas jornadas, es necesario realizar una inscripción previa en la misma universidad o a través de la invitación que cursan a los centros educativos de su zona de influencia. Sin embargo, en algunas instituciones basta con personarse en la fecha y hora que marca el calendario de las jornadas.
Se tratan aspectos claves de los procedimientos de acceso a la enseñanza superior, la preinscripción y la matrícula
Charlas en centros escolares: algunas universidades proponen a los centros educativos de bachillerato o formación profesional la posibilidad de que los equipos de orientación universitarios se desplacen a sus instalaciones para impartir una charla a estudiantes, padres y tutores. En estas presentaciones, se tratan aspectos claves de los procedimientos de acceso a la enseñanza superior, la preinscripción y la matrícula. Pero también se abordan temas como las becas, el alojamiento, comedores y otros servicios universitarios. Es una ocasión idónea para que los alumnos y sus padres aclaren dudas sobre las cuestiones que más les inquietan del próximo futuro académico.

Guías y folletos informativos

Internet es hoy en día un recurso importante para obtener información de la oferta académica y servicios que las universidades ponen a disposición de sus estudiantes. Uno de los principales referentes en la Red en el ámbito de enseñanza superior en nuestro país es la Guía de Universidades que actualiza cada año CONSUMER EROSKI. Recopila información exhaustiva y detallada sobre las 75 universidades públicas y privadas de España y habilita un completo buscador para encontrar el centro que más se ajuste a las preferencias del estudiante.
Algunas universidades elaboran también guías multimedia que recogen su oferta académica y toda la información que puede resultar de interés para sus futuros alumnos. Estos manuales se descargan desde las páginas web de los centros o se entregan en mano a los asistentes a las actividades de orientación que organizan las instituciones.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Manuel A. García Sedeño, investigador y autor del estudio. (Foto: Magisterio)

Dos de cada tres jóvenes en edad de ir a la Universidad no saben qué hacer

Por Diego Francesch
MAGISNET. 09/03/10

Un estudio publicado en Psychological Reports indica que la personalidad no influye al decidir la carrera profesional y que los alumnos no tienen ni orientación ni información útil sobre qué estudiar.
Según un estudio publicado en Psychological Reports, la elección de la carrera universitaria no está ligada a la personalidad. “Los datos nos revelan que no existe una relación estrecha entre la elección de una carrera universitaria y los rasgos de personalidad. Manuel Antonio García Sedeño es el investigador principal del estudio y profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Cádiz.

Para conocer los factores vocacionales de los escolares se empleó un cuestionario que evalúa sus intereses profesionales según 10 campos diferentes de trabajo: al aire libre, mecánico, aritmético, científico, persuasivo, artístico, literario, musical, administrativo y de asistencia social; y cuyo objetivo es ayudar a los estudiantes a orientar sus actividades de capacitación y elegir una carrera.

También se empleó otro cuestionario para evaluar los factores de la personalidad y obtener resultados relacionados con la capacidad de liderazgo y la creatividad, así como un índice de fluctuación de la motivación. Asimismo, se les pidió que identificaran qué materias querrían estudiar de 52 carreras universitarias en función de las preferencias: Ciencia/Tecnología y Humanidades/Ciencias Sociales.

Otra de las conclusiones del estudio es que “dos de cada tres jóvenes en edad de entrar en la universidad no tienen claro qué estudiar, así que hay una necesidad de proporcionar herramientas de información útil”, señala García Sedeño.

De estos resultados habría que deducir que “no se valora la orientación vocacional y profesional en nuestro sistema educativo en su justa medida”, como señala a MAGISTERIO el profesor García Sedeño. “Aunque en los centros educativos se ha integrado la figura del orientador, no existe, por el resto de los profesionales y la sociedad la creencia generalizada de su trabajo”, añade este profesor.

Por otra parte, tampoco se observa programas de orientación “claramente contrastados y unificados, sino más bien al contrario, cada orientador en su centro actúa de una forma individual siguiéndose de sus propios conocimientos o de su intuición”. Otro error es pensar en la orientación como “un acto puntual que se realiza en el Bachillerato” y no como “un proceso que se tiene que realizar a lo largo de toda la escolarización e integrado en el currículo”. “Al final, todo este proceso –dice Sedeño– se debería de plasmar en un Proyecto Personal para la Elección de la Carrera”.

Sobre la cuestión de la optatividad, tan discutida ahora, este profesor señala que “no porque haya mucha optatividad mejora la orientación profesional, máxime cuando diversas asignaturas son comunes dentro del currículum”. Por lo tanto es absurda a edades tempranas, cuando aún no se tiene una “meta educativa definida”. Según Sedeño, “hay que contextualizar la optatividad y no ofrecerla como un menú donde el estudiante debe de elegir sin tener presente nada más”.

En cuanto a la elección futura, este profesor advierte que “existen muchos factores en la elección profesional, pero la mayoría no son fruto de procesos razonados sino más bien de factores emocionales. Los alumnos afirman que “les gusta”, pero no saben decir qué aspectos ni por qué. “En estos casos, y en otros que se dejan llevar de tradiciones familiares o por deseo de emancipación, la orientación no está fundamentada”, dice Sedeño. Y añade: “es raro encontrar alumnos que te hablen de futuras salidas profesionales o del interés de la formación, lo que es un índice del fracaso de la orientación”.

sábado, 6 de marzo de 2010

"No está en crisis la autoridad del profesor, sino la de la institución escolar"


A Mariano Fernández Enguita (Zaragoza, 1951), uno de los más reputados estudiosos españoles de las cosas de la enseñanza, le parece muy bien reforzar la autoridad del docente, pero está convencido de que ése no es el problema, sino que se trata de una pérdida a todos los niveles. “Lo que está en crisis no es la autoridad del profesor sobre el alumno, sino la autoridad de la institución. ¿Qué sentido tiene hablar de restablecer la autoridad del maestro y al mismo tiempo que haya un espeso silencio acerca de la autoridad del director sobre los profesores? O hablar de la autoridad del inspector de educación. O incluso de la autoridad del Gobierno. ¿Cómo puede legislar el Gobierno que hay que enseñar Ciudadanía y una comunidad decir que se debe enseñar en inglés? Esos mismos, por cierto, son los que luego claman por la autoridad”.
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    El catedrático de Sociología de la Universidad de Salamanca Mariano Fernández Enguita- SANTI BURGOS
J. A. AUNIÓN - Madrid – 06/03/2010. El País

ENTREVISTA: MARIANO FERNÁNDEZ ENGUITA / Catedrático de Sociología.

Fernández Enguita ejerce desde su condición de catedrático de Sociología de la Universidad de Salamanca y mira tanto la educación como el pacto con la distancia de un académico, pero con la preocupación de quién considera que es lo suficientemente importante como para que deba tratarse como “una cuestión de Estado”. Pero vuelve a insistir en que hay que atreverse a tocar temas tabú, como la relación entre el Gobierno central y las autonomías: “No puede ser que el sistema se fragmente infinitamente ni que las comunidades del partido que no está en Gobierno se dediquen a torpedear las leyes”.

Pregunta. ¿Cuáles son los males de la educación?

Respuesta. Un 30% de fracaso escolar es producto de una disfunción. Ni los alumnos son tan torpes, ni han perdido tanto el interés, ni nuestra herencia social y cultural es tan pesada, ni los profesores ni el sistema son tan malos. A mí me parece que esas disfunciones son por ejemplo la elevada repetición [un 42% de los alumnos de 15 años han repetido al menos una vez], las fórmulas demasiado homogéneas, o no reconocer suficientemente el trabajo de los buenos centros, de los buenos profesores. Pero las estadísticas y el informe Pisa no deberían ocultarnos que, con los mismos mimbres, hay centros que lo hacen muy bien y otros muy mal.

P. ¿Y qué les diferencia?

R. Yo creo que es la organización del centro y el rendimiento individual del profesor. Un centro no es la suma de profesores. Y en general, creo que en las escuelas públicas están por debajo de la suma de sus profesores, porque uno sólo hace algo si quiere, porque los órganos colectivos se dedican sobre todo a que nada destaque; es un contexto completamente burocratizado. Y luego está el profesor. La mayor parte de los profesores, en principio, lo que quieren es hacerlo bien. Pero luego hay que ser muy fuerte para seguir haciéndolo, cuando pasan los años, cuando tú haces una cosa y el profesor más viejo te mira mal, a ver si luego le van a pedir a él que lo haga.

P. ¿Cree que las soluciones están en la propuesta para el pacto del Ministerio de Educación?

R. Cada vez creo menos en las grandes soluciones y más en las pequeñas. Debemos dejar de pensar que la reforma de un ministerio ?me da igual que sea la del Gobierno de turno el fruto de un acuerdo entre los partidos? es la gran solución. Porque cuando educábamos mucho a poca gente y poco a mucha, el sistema escolar podía ser homogéneo. No pasaba nada: el que no aguantaba estaba fuera y el que seguía era incondicional. Pero ahora que queremos educar mucho a mucha gente, en un mundo tan cambiante, los centros tienen que tener una enorme capacidad de responder a lo que pasa dentro de ellos y a su alrededor. Y eso es un proyecto de centro, una dirección ágil y con capacidad, y responsabilidad profesional individual. Las políticas públicas deben posibilitar su autonomía y al mismo tiempo exigirle.

P. Pero eso ya está planteado, al menos sobre el papel, desde hace tiempo.

R. Claro que se plantea, pero no se cumple. Por ejemplo, sabemos que el 80% de los proyectos de centro están copiados, por lo tanto, no hay. Y, ¿qué autonomía queremos? Con asambleas de 100 profesores que normalmente sirven para que no se haga nada o hay que dar más poder a las direcciones. ¿Qué carrera docente se va a hacer? Porque para algunos es una carrera en la cada tres años te dan un trienio y cada seis, firmando 10 o 15 horas de formación, un sexenio. Y eso no puede ser. El tiempo pagado de un profesor son 35 horas semanales y tienen entre 15 y 20 horas de clase. No se puede tratar igual al que hace un trabajo sistemático creativo o simplemente esforzado y al que no hace absolutamente nada.

P. ¿Cree que es uno de los grandes problemas la convivencia entre la escuela pública y la concertada (privada subvencionada)?

R. Debería dejar de ser un problema. Yo abogaría por meter más mercado en la pública y más Estado en la privada. Hay que meter en la pública más incentivos que diferencien el buen trabajo del malo. Y hay que someter a la privada concertada a más controles contra frivolidades como la selección de alumnos o el cobro de cuotas. Pero en España este debate se mezcla con la dicotomía entre escuela laica y confesional, y no es lo mismo, ya que hay privada laica. Yo creo que toda la escuela debería ser laica, porque es un instrumento de la sociedad, no de los grupos, por muy importantes o santos que sean.

P. Se repite mucho que hay que ser pacientes porque los cambios en educación son muy lentos.

R. Muy lentos no deberían ser porque la gente tiene a sus hijos escolarizados ahora. Quizá los cambios no se terminen de ver hasta 20 años después, pero se pueden empezar a ver casi de inmediato. Entre otras cosas porque en algunos están tan mal que no es muy difícil mejorarlo.

viernes, 5 de marzo de 2010

“La mera presencia de ordenadores no aumenta la calidad educativa”

Manuel Area, catedrático de Tecnología Educativa en la Universidad de La Laguna

 
Por Diego Francesch. MAGISNET

Programas de dotación masiva de tecnología deben ir acompañados, según este experto, de procesos de formación, de cambio de metodología y de actividades encaminadas a que los ordenadores no sean un elemento de distracción.

Manuel Area es catedrático de Didáctica y Organización Escolar en la Facultad de Educación de la Universidad de La Laguna, donde imparte Tecnología Educativa. Además dirige el grupo de investigación denominado Laboratorio de Educación y Nuevas Tecnologías de esta Universidad. También es presidente de la Red Universitaria de Tecnología Educativa que aglutina a investigadores y docentes españoles y latinoamericanos de este campo.

¿Qué opina de la política de varias administraciones de difundir de forma masiva ordenadores o miniordenadores entre los alumnos?

 Me parece que es una medida necesaria e imprescindible para la modernización de los sistemas escolares. En otros países anglosajones como EEUU, Gran Bretaña o Australia, ya llevan tiempo con políticas similares. Asimismo en el ámbito iberoamericano, Portugal a través del Proyecto Magalhaes, o Uruguay a través del Plan Ceibal, también están entregando un miniordenador por estudiante. Por ello creo que este tipo de políticas de dotación masiva de mucha tecnología a los colegios es una condición necesaria para adaptar la escuela a la sociedad del siglo XXI. Pero a su vez, este tipo de políticas tienen que ir acompañadas de planes de formación de profesorado, de creación y difusión de materiales digitales, y de apoyo institucional a proyectos educativos innovadores.

¿Qué le parece el proyecto Escuela 2.0 del Ministerio?

Es un proyecto interesante, aunque, hasta la fecha se ha planteado más como una medida de reactivación económica (compra y distribución de mucha tecnología) y poco se conoce de sus planteamientos pedagógicos, que supuestamente están implícitos en él. Supongo que habrá que darle tiempo al tiempo y esperar que este proyecto se desarrolle e implemente. De todas formas, el proyecto Escuela 2.0 me parece muy oportuno y necesario. Espero que en los próximos meses la dotación de la tecnología vaya acompañada con otras medidas más pedagógicas como la formación y apoyo al profesorado, la potenciación del intercambio de materiales didácticos digitales, del impulso de experiencias metodológicas innovadoras, etc.

¿Los ordenadores han modificado la forma de enseñar? ¿Son una ayuda o una distracción?

La tecnología digital está en todas partes de nuestra sociedad. Está en el ocio, en la cultura, en la industria, en la administración. Por ello, también debiera entrar en las aulas.

¿Qué se aprende con ella?

Todo dependerá de la metodología y del tipo de actividades que plantee el profesor a sus estudiantes. Pero es indudable que la presencia de mucha tecnología en las clases provocará cambios organizativos, cambios en los materiales, y cambios en las tareas y actividades que tengan que realizar los alumnos.

Unos dicen que convierten su aula en una biblioteca, otros dejan que los alumnos chateen... pero da la impresión de que pocos saben darles a los ordenadores un uso específicamente pedagógico.

Lo importante es tener en mente un modelo educativo del qué y cómo debemos enseñar. Sin un modelo global de enseñanza el docente tiende a improvisar y realizar acciones puntuales y dispersas con los ordenadores. Mi punto de vista es que la tecnología debiera ser un instrumento para que los alumnos aprendan a construir el conocimiento en colaboración unos con otros. Esto implica el desarrollo de competencias vinculadas con saber buscar información, analizarla y contrastarla, saber expresarse mediante distintos lenguajes (textuales, audiovisuales, multimedia, hipertextuales) y comunicarse y colaborar con otros en espacios virtuales.

¿Usa usted el ordenador en el aula?

Por supuesto. De hecho, en mi ámbito docente universitario, enseño con ordenadores desde hace más de una década con resultados muy positivos.

¿Cómo lo haría en otras etapas educativas?

Evidentemente en cada etapa debe adaptarse el uso de la tecnología a las características de nuestros alumnos. Pero en todas ellas creo que habría aspectos comunes como que los estudiantes aprendan a través de la actividad con ordenadores a elaborar el conocimiento, que se expresen empleando los múltiples lenguajes y recursos tecnológicos –como las wikis, los blogs, los videoclips, los procesadores de texto e imágenes, etc– y que interaccionen e interactúen con otros estudiantes en espacios virtuales.

¿Conoce estudios que revelen que las TIC mejoren o empeoren el rendimiento escolar?

Desde hace más de treinta años se llevan realizando numerosas investigaciones en el ámbito internacional para intentar “medir” si se aprende más o menos con los ordenadores. Hemos descubierto que la tecnología no tiene efectos mágicos sobre la mejora del aprendizaje. Es decir, con la mera presencia de los ordenadores en el aula no aumenta la calidad educativa. A veces, estas nuevas tecnologías han sido empleadas al servicio de viejas pedagogías.

¿En qué casos le consta que mejora la enseñanza-aprendizaje?

Para que haya innovación y mejora educativa es necesario que el docente organice actividades de aprendizaje que impliquen que los alumnos desarrollen acciones cognitivas de alto nivel como la búsqueda de información en función de ciertos objetivos, discriminar la información encontrada, analizarla, extraer conclusiones, debatirla, expresarla con distintos lenguajes y soportes, trabajar colaborativamente, etc. Asimismo, se ha encontrado (y en esto coinciden casi todos los estudios) que se incrementa la motivación e implicación de los alumnos en las tareas escolares. En definitiva, los ordenadores son instrumentos potentes y flexibles que permiten –bien usados pedagógicamente– que los estudiantes tengan más autonomía en su aprendizaje y que desarrollen procesos de aprendizaje más activos en colaboración con otros.

¿Qué opina de la pizarra digital?

Al igual que el resto de las tecnologías es útil y provechosa si se utiliza metodológicamente con un planteamiento innovador y al servicio de la actividad de los alumnos, como puede ser para que éstos realicen exposiciones a sus compañeros, para cumplimentar actividades colectivas en el aula, o para realizar alguna demostración a todo el grupo o clase. El peligro es que un profesor tradicional utilice dicha tecnología al servicio de una metodología expositiva para que él, de forma casi exclusiva, imparta clases magistrales.

En definitiva, sí a los ordenadores en el aula pero con metodología apropiada.

Es una condición necesaria para la modernización del sistema escolar, pero insuficiente si no va acompañada de mayor preparación de los docentes para que cambien sus mentalidades y prácticas didácticas, y para que desarrollen nuevas metodologías y nuevas competencias.