miércoles, 23 de junio de 2010

La educación sexual en las aulas saca insuficiente


La nueva Ley del Aborto exigirá una formación afectivo-sexual mucho más ambiciosa que la que recoge ahora la Ley de Educación, sujeta a la voluntad de autonomías y docentes.

“En ninguna de las clases que tenemos nos han enseñado algo sobre sexo. No les costaría nada darnos un poco de información, no como ahora, que apenas nos dicen nada”. Elena está a punto de cumplir 15 años, y ya tiene un novio de su edad con el que está descubriendo el sexo.

JAVIER SALAS MADRID 31/05/2010. El Público




Aunque ella se considera bien informada para “no cagarla” con su chico, critica la escasa formación sexual que, en la actualidad, reciben los adolescentes en el ámbito escolar. Una situación que pretende corregir la nueva Ley del Aborto, que entra en vigor el 5 de julio. La norma incluye un capítulo completo dedicado a la mejora de la formación en salud sexual y reproductiva, que será mucho más ambiciosa que la que se imparte ahora durante la enseñanza obligatoria.
Casi uno de cada diez menores de 15 años ya ha perdido la virginidad
Según la Ley Orgánica de Educación (LOE), los alumnos deben cumplir en cada ciclo educativo una serie de competencias. En la Educación Secundaria Obligatoria (desde los 12 hasta los 16 años), de los escolares que terminen el ciclo se demanda el dominio de una lengua extranjera, valorar la cultura o desarrollar un espíritu emprendedor, por ejemplo. Y además, para aprobar, los alumnos deben “conocer y valorar la dimensión humana de la sexualidad en toda su diversidad”.
¿Cómo adquieren los chicos esta competencia académica? Básicamente, a través de los conocimientos científicos que se les transmite en la asignatura de Biología y Geología de Tercero de la ESO (15 años): cómo funciona la menstruación, qué es una enfermedad de transmisión sexual o de qué manera afectan los cambios hormonales de la adolescencia en el organismo.
Pero, sobre todo, los chavales reciben formación de anatomía y fisiología: la página más divertida para los chavales del libro de texto, esa que ilustra el temario con el dibujo del corte transversal de un pene o una serie de dibujos con las transformaciones que vive un cuerpo humano desnudo desde la infancia a la edad adulta. En su curso de segundo de la ESO, Elena apenas ha recibido alguna charla: “Durante el tercer trimestre, una chica nos dio dos clases sobre sexo en mi opinión pocas, en la que nos informó sobre métodos anticonceptivos. Pero hablar de sexo no es solamente hablar sobre métodos anticonceptivos”.
“Hablar de sexo no es sólo hablar sobre anticoncepción”, dice una alumna
Los jóvenes españoles son más precoces en el inicio de las relaciones sexuales, y cada vez son más quienes las mantienen mientras están en el instituto. Según el Instituto de la Juventud (Injuve), en 1996 sólo una de cada diez chicas de 17 años había tenido relaciones sexuales. En 2008, a esa edad ya habían perdido la virginidad la mitad. La evolución de los chicos es similar: han pasado del 14% al 65%, en tan sólo 12 años. Hoy por hoy, casi uno de cada diez adolescentes ha mantenido relaciones sexuales antes de los 15 años.
El presidente de la Federación de Asociaciones de Directivos de Centros Educativos Públicos (Fedadi), José Antonio Martínez, advierte de la dificultad de articular una competencia como la de formación sexual por tratarse de una “materia transversal”. El erotismo y sus riesgos también se abordan en las asignaturas de Ética y de Educación para la Ciudadanía, pero en estas materias el temario que se imparte es mucho menos estable que en Biología.
“Si los centros montan talleres de salud afectivo-sexual será por algo, porque a muchos tutores les resulta complicado incluir y evaluar la educación sexual durante el curso. Y además ahora, con la crisis, la contratación de estos servicios externos se ha resentido por falta de dinero”, asegura Martínez, director de un instituto.
Profundizar en el conocimiento de la sexualidad depende en los centros educativos no sólo del impulso de los tutores o del interés de los consejos escolares en contratar talleres. Por encima de todos, las distintas comunidades autónomas perfilan el tipo de formación sexual que van a recibir sus escolares. En 2008, el Ministerio de Educación elaboró el informe Diagnóstico de situación sobre avances conseguidos, necesidades y retos en promoción y educación para la salud en la escuela en España. En el documento, analizaba autonomía a autonomía el tipo de formación en salud afectivo-sexual impartida en cada territorio.
En Navarra se tuvo que “suspender la educación sexual debido al poco interés docente”
Aunque el diagnóstico aplaudía los “avances institucionales en la definición de la formación en la sexualidad como prioritaria”, también señalaba numerosas carencias y obstáculos que se detectaban en su implantación. En muchas comunidades las dificultades surgían de la saturación de materias transversales (como medio ambiente, educación vial…), la carga de trabajo de docentes, la ausencia de formación, la falta de compromiso de los centros y la ausencia de evaluación real de los resultados.

Barrera ideológica en Madrid

Según este infome, la Comunidad de Madrid fue la única que presentó “barreras ideológicas en el área de la sexualidad” como uno de los principales obstáculos para su implantación. Además, el texto señala que en Navarra se tuvo que “suspender la educación sexual debido al poco interés docente”.
En general, en toda España se detectó que una de las mayores dificultades para llevar la materia sexual a las aulas era la dificultad para coordinar Educación y Sanidad, profesores y sanitarios.
Aquí es donde debería tomar nota el Gobierno, que en estos momentos prepara el desarrollo de una Ley del Aborto que anuncia que serán sanitarios y trabajadores sociales quienes se encarguen de la formación afectivo-sexual en los centros educativos. Unas lecciones que Elena echa en falta: “En mi clase hay gente que ya ha mantenido o mantiene relaciones, y la verdad es que algunos sí están bien informados. Pero otros necesitan algo más de información, sobre todo porque piensan comenzar dentro de poco a tener sexo con sus parejas”.

Estudiar en vacaciones

Además de descansar y divertirse, los alumnos deben mantener el hábito de estudio durante los meses de verano 

Organización y planificación, combinado con tiempo de ocio. Es la recomendación de los expertos a los alumnos que deben aprovechar los meses estivales para recuperar asignaturas pendientes o para repasar y reforzar los contenidos aprendidos durante el curso académico. Estudiar en casa, solos o con profesor particular, en una academia o mediante un programa de refuerzo escolar, son opciones válidas para cumplir con los objetivos marcados para el verano.

  • CONSUMER-EROSKI
  •  Autor: Por MARTA VÁZQUEZ-REINA
  •  Fecha de publicación: 18 de junio de 2010

- Imagen: sanja gjenero -

Verano y estudio. Aunque estos dos términos parecen incompatibles, algunos alumnos tendrán que combinarlos en los meses estivales por obligación, para recuperar las asignaturas suspensas en el curso académico. Otros deberán trabajar, por recomendación de sus docentes, para afianzar los contenidos curriculares impartidos durante el año y estar preparados para afrontar con éxito una nueva etapa. No obstante, en general, los especialistas recomiendan que todos los escolares mantengan el hábito de estudio durante las vacaciones para que la reincorporación a la rutina escolar en septiembre no sea complicada.
El objetivo es afianzar lo aprendido en el año escolar
La psicóloga y pedagoga Rosa Serrate, autora del libro 'Ayúdale a estudiar. Las claves del éxito escolar', incide en que "el verano es muy largo en nuestro país y, a la vuelta de vacaciones, muchos alumnos han podido olvidar lo aprendido en el curso". Por ello, aconseja no sobrecargarles, sino lograr que afiancen los conocimientos aprendidos en el año escolar.

Combinar estudio y ocio

¿Cómo pueden ayudar los padres a que se cumpla este objetivo? Es fundamental una buena organización de la jornada, donde tengan cabida tanto los momentos lúdicos y de descanso, imprescindibles en el verano, como el tiempo para estudiar o repasar, más o menos extenso en función de las necesidades de cada estudiante. Al respecto, Serrate apunta la necesidad de tener planificado el día en verano, "con un horario de piscina o playa, uno de descanso y uno de trabajo". Este último, es preferible llevarlo a cabo durante las mañanas, antes de comenzar cualquier otra actividad.
Los estudiantes se concentran mejor por las mañanas y tienen un mayor rendimiento
María Eugenia Marfull, directora del centro psicopedagógico Educa, subraya que las primeras horas del día "son el momento durante el cual los alumnos están en mejores condiciones para centrarse y su rendimiento es mayor". Una de las ventajas es que se evitan las interrupciones de otras actividades. "La pereza es siempre mayor durante la tarde", recalca.
Los expertos apuntan la atención que se debe prestar al lugar de trabajo. Debe ser siempre el mismo sitio y estar alejado de influencias ambientales que puedan distraer o interrumpir el estudio, como la televisión, teléfonos o zonas de juego. Marfull resalta también el papel que han de adoptar los padres: deben interesarse cada día por el trabajo realizado por sus hijos, "no sólo para controlarles -matiza-, sino también para motivarles". Es recomendable "premiar" al estudiante, "puesto que si de lunes a viernes ha trabajado según lo acordado, el fin de semana necesita descansar y divertirse".

Buscar ayuda

Para mantener el hábito de estudio durante el verano, a muchos alumnos les bastará con trabajar solos con algunos de los materiales y cuadernos de vacaciones que se editan con esta finalidad. Sin embargo, otros necesitarán ayuda externa para poder asimilar con éxito los contenidos que no han superado en el curso o que necesitan reforzar.
Un profesor particular resuelve las dudas y dirige el estudio durante el verano
En estos casos, las familias pueden recurrir a varias opciones. Un profesor particular resuelve las dudas y dirige el estudio durante el verano, mientras que en una academia se imparten cursos especiales y clases específicas de las distintas materias. En casos más extremos, se reservan los internados de verano, que operan en los meses estivales en nuestro país.

Programas institucionales


Las familias que lo requieran pueden buscar ayuda para sus hijos en los programas de colegios abiertos en verano, que organizan ayuntamientos e instituciones locales. Aunque se centran en actividades lúdicas y de ocio, en muchos casos, estas iniciativas incluyen en su programación sesiones de estudio tuteladas, durante las cuales los participantes pueden realizar sus tareas y resolver las dudas con el tutor de estudios.
Por otra parte, varias comunidades proponen programas específicos de refuerzo escolar durante los meses estivales. Muchos son gratuitos y otros cuentan con importantes subvenciones y descuentos para las familias más desfavorecidas. Ofrecen a los estudiantes de primaria y secundaria la posibilidad de acudir a un colegio o instituto para recibir clases de apoyo durante determinadas horas y participar en jornadas de estudio supervisadas.